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Una lectora apasionada es dueña de este blog. Con sus dudas, sus aficiones y sus locuras, pero que espera poder compartir
viernes, 12 de septiembre de 2014
Cambiando la dirección del viento
He visto que la idea de escribir una historia no ha gustado especialmente, ni siquiera a mí. Escribir no es mi punto fuerte pero igualmente disfruto con ello. Hablemos claro: era un coñazo, no tenia ni pies ni cabeza. Así que he decidido escribir cosas más...de interés popular por así decirlo, reseñas, poemas, opiniones y demás. Una idea muy original que a nadie antes se le había ocurrido.
lunes, 1 de septiembre de 2014
No Te Rindas
Desde mi más profundo corazón a todo aquel que lea este blog ( si es que hay alguien)
No te rindas, aun estas a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron. Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque cada dia es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
Un grande.
No te rindas, aun estas a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron. Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque cada dia es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
Un grande.
miércoles, 27 de agosto de 2014
Capítulo 6: El sillón marrón
- ¿Cómo se encuentra, señor Fuentes?
- Mejor.
- En nuestro último encuentro no tuvimos tiempo de hablar sobre su trabajo.
- ¿Qué trabajo? Estoy jubilado.
- Exactamente. ¿Y cómo se siente al respecto?
- ¿Que cómo me siento? Perfectamente; mi mujer me dejó, me he jubilado, no soy capaz de salir de casa, tengo depresión y cada día hago un tipo de té diferente. Estoy perfectamente.
- Hablemos de lo de no ser capaz de salir de casa.
- Me diagnosticaron agorafobia hace un año.
- ¿Y cómo te sientes al respecto?
Pedro arqueó una ceja.
- Mal.
- Entiendo. Intentaremos una cosa para solucionar eso: Saldremos al porche.
- ¿Qué? No.
- Solo un pasito. Será como mirar por la ventana pero con aire fresco. Vamos.
Pedro vaciló durante un rato. Se quedó sentado en la silla mirando fijamente la puerta.
- Yo...
- Vamos.
Se puso en pie con desgana y caminó lentamente hacia la salida. Giró el pomo y abrió la puerta.
- Vale hasta aquí llego.
- Por favor, da un paso. Solo uno.
- Ni hablar.
- Vamos...- suplicó el psicólogo.
- ¿Sólo uno?
- Solo uno.
Levantó un pie pero lo dejó suspendido en el aire.
- Un poco más...-susurró su acompañante.
Balanceó el pie y lo apoyó suavemente en el exterior.
- Ya casi...
Se disponía a levantar el otro pie cuando un perro ladró.
- ¡No puedo hacer esto!
Y salió corriendo hacia el salón. El psicólogo dejó caer su cabeza contra el marco de la puerta. Suspiró para tranquilizarse y se dirigió a la posición de Pedro.
- Ya casi lo tenías, Fuentes.
Pedro se desplomó en su sillón y cerró los ojos.
- ¿Es un sillón nuevo?
- Lo compré hace unos meses.
- ¿Fuiste a la tienda?
Fuentes abrió los ojos y giró la cabeza hacia el doctor.
- Internet.
- Me gusta el color.
- Creo que la sesión ha acabado.
- Me temo que sí. Pero antes, quiero ponerle deberes.
- ¿Tengo pinta de estudiante?
- Escúcheme un segundo. Lo que voy a pedirle es sencillo y a la vez complicado. He podido contemplar que usted tiene una silla mecedora en el porche.
- Así es.
- Bien, pues quiero que la use.
- No creo que...
- Para la semana que viene, en nuestra próxima sesión, quiero que me reciba sentado en esa silla.
Pedro abrió los ojos como platos y empezó a reir.
- No es cosa de broma señor Fuentes. Creo que le sentará bien. Hágalo como le parezca mejor, pero el martes que viene le quiero sentado en esa silla. Que tenga un buen día.
Tras irse Pedro se dirigió a la cocina.
- Que tenga un buen día.- digo en todo de burla.
Giró la cabeza hacia la derecha y miró por la ventana.
- Ojalá pudiera hacer lo que me pide, doctor.
- Mejor.
- En nuestro último encuentro no tuvimos tiempo de hablar sobre su trabajo.
- ¿Qué trabajo? Estoy jubilado.
- Exactamente. ¿Y cómo se siente al respecto?
- ¿Que cómo me siento? Perfectamente; mi mujer me dejó, me he jubilado, no soy capaz de salir de casa, tengo depresión y cada día hago un tipo de té diferente. Estoy perfectamente.
- Hablemos de lo de no ser capaz de salir de casa.
- Me diagnosticaron agorafobia hace un año.
- ¿Y cómo te sientes al respecto?
Pedro arqueó una ceja.
- Mal.
- Entiendo. Intentaremos una cosa para solucionar eso: Saldremos al porche.
- ¿Qué? No.
- Solo un pasito. Será como mirar por la ventana pero con aire fresco. Vamos.
Pedro vaciló durante un rato. Se quedó sentado en la silla mirando fijamente la puerta.
- Yo...
- Vamos.
Se puso en pie con desgana y caminó lentamente hacia la salida. Giró el pomo y abrió la puerta.
- Vale hasta aquí llego.
- Por favor, da un paso. Solo uno.
- Ni hablar.
- Vamos...- suplicó el psicólogo.
- ¿Sólo uno?
- Solo uno.
Levantó un pie pero lo dejó suspendido en el aire.
- Un poco más...-susurró su acompañante.
Balanceó el pie y lo apoyó suavemente en el exterior.
- Ya casi...
Se disponía a levantar el otro pie cuando un perro ladró.
- ¡No puedo hacer esto!
Y salió corriendo hacia el salón. El psicólogo dejó caer su cabeza contra el marco de la puerta. Suspiró para tranquilizarse y se dirigió a la posición de Pedro.
- Ya casi lo tenías, Fuentes.
Pedro se desplomó en su sillón y cerró los ojos.
- ¿Es un sillón nuevo?
- Lo compré hace unos meses.
- ¿Fuiste a la tienda?
Fuentes abrió los ojos y giró la cabeza hacia el doctor.
- Internet.
- Me gusta el color.
- Creo que la sesión ha acabado.
- Me temo que sí. Pero antes, quiero ponerle deberes.
- ¿Tengo pinta de estudiante?
- Escúcheme un segundo. Lo que voy a pedirle es sencillo y a la vez complicado. He podido contemplar que usted tiene una silla mecedora en el porche.
- Así es.
- Bien, pues quiero que la use.
- No creo que...
- Para la semana que viene, en nuestra próxima sesión, quiero que me reciba sentado en esa silla.
Pedro abrió los ojos como platos y empezó a reir.
- No es cosa de broma señor Fuentes. Creo que le sentará bien. Hágalo como le parezca mejor, pero el martes que viene le quiero sentado en esa silla. Que tenga un buen día.
Tras irse Pedro se dirigió a la cocina.
- Que tenga un buen día.- digo en todo de burla.
Giró la cabeza hacia la derecha y miró por la ventana.
- Ojalá pudiera hacer lo que me pide, doctor.
~ Continuará...
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