viernes, 1 de agosto de 2014

Capítulo 3: Acariciando el suelo

-¡Vamos, vamos, vamos!- gritaba el entrenador.- ¡No puedo creer que seais tan lentos!
Dani siempre había querido decirle unas cuantas cosas a su entrenador, pero su madre ya le había advertido de que debería controlarse. Decidió callar y seguir patinando. "¿Por qué los patines tendran cuatro ruedas? La forma del palo es rara... Ni siquiera sé donde está el disco..."
Y en ese instante en el que Dani divagaba se sintió un golpe que resonó por todo el pavellón. Dani se chocó contra una de las paredes.
- ¡Por favor, Hernández! ¡No es momento para besar el muro! ¡Ya tendrás tiempo más tarde!
Dani se sacudió el polvo de la pared de yeso y siguió dando vueltas en círculos. A la vuelta treinta mas o menos, uno de sus compañeros, Carlos Rai, decidió que sería una buena idea gastar una broma. Así que se preparó, cogió velocidad y salió disparado hacia Dani. El corpulento cuerpo de Carlos embistió contra Daniel, que cayó al suelo a unos metros y siguió viaje acariciando el suelo. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba en medio de la pista. Un concurso de risotadas empezó por toda la pista. Hasta el entrenador empezó a reirse. Un compañero dijo:
- Ei, enclenque, ¿Cómo te va?
Y otro contestó:
- ¡Es ENCLENQUERNANDEZ!
Y las risas aumentaron.
Dani se levantó y patinó como pudo hasta la salida de la pista. Tiró el "stick" hacia un lado y entró en los vestuarios. El entrenador entró segundos más tarde.
- ¿Estás bien, muchacho?
- Sí.
- No te desanimes, Hernandez.
- El "hockey" no es para mi.
- Ya encontrarás algo que sea para ti.
- ¿Puedo desapuntarme?
- Por supuesto. Ve, cámbiate y ven al despacho.
Una vez en el despacho rellenaron todos los papeles correspondientes para que Dani fuese libre y seguidamente llamó a su hermana.
Ésta vino a recogerlo en coche.
- ¿Lo has dejado?- preguntó su hermana.
- Claudia, ¿como sabes que lo he dejado?
- Ah, no lo sabía. Ahora lo sé. ¿Qué es lo que pasa, Dani? Ya has dejado varios deportes en estas dos semanas. ¿No quieres probar con algo que no tenga que ver con jugar? Podrías probar el arte, la música, la pintura... Podría venirte bien.
- Vamos a casa.- esa fue su única respuesta.
Al llegar a su casa, corrió hacia la habitación y se cerró con llave.
- Ha tenido un día duro.- le dijo Claudia a su madre.
- ¿Lo ha dejado?
- Me temo que si.

Daniel se sentó en su cama, puso la música a todo volumen y se dedicó a mirar el techo. "Odio el hockey. Y el fútbol. Y el balonmano. Y también el tenis."
- Nunca encontraré algo que me guste de verdad.- dijo en voz alta.

                                                                      ~Continuará...

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