Una lectora apasionada es dueña de este blog. Con sus dudas, sus aficiones y sus locuras, pero que espera poder compartir
viernes, 12 de septiembre de 2014
Cambiando la dirección del viento
He visto que la idea de escribir una historia no ha gustado especialmente, ni siquiera a mí. Escribir no es mi punto fuerte pero igualmente disfruto con ello. Hablemos claro: era un coñazo, no tenia ni pies ni cabeza. Así que he decidido escribir cosas más...de interés popular por así decirlo, reseñas, poemas, opiniones y demás. Una idea muy original que a nadie antes se le había ocurrido.
lunes, 1 de septiembre de 2014
No Te Rindas
Desde mi más profundo corazón a todo aquel que lea este blog ( si es que hay alguien)
No te rindas, aun estas a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron. Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque cada dia es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
Un grande.
No te rindas, aun estas a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,porque lo has querido y porque te quiero. Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron. Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas,aunque el frio queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque cada dia es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
Un grande.
miércoles, 27 de agosto de 2014
Capítulo 6: El sillón marrón
- ¿Cómo se encuentra, señor Fuentes?
- Mejor.
- En nuestro último encuentro no tuvimos tiempo de hablar sobre su trabajo.
- ¿Qué trabajo? Estoy jubilado.
- Exactamente. ¿Y cómo se siente al respecto?
- ¿Que cómo me siento? Perfectamente; mi mujer me dejó, me he jubilado, no soy capaz de salir de casa, tengo depresión y cada día hago un tipo de té diferente. Estoy perfectamente.
- Hablemos de lo de no ser capaz de salir de casa.
- Me diagnosticaron agorafobia hace un año.
- ¿Y cómo te sientes al respecto?
Pedro arqueó una ceja.
- Mal.
- Entiendo. Intentaremos una cosa para solucionar eso: Saldremos al porche.
- ¿Qué? No.
- Solo un pasito. Será como mirar por la ventana pero con aire fresco. Vamos.
Pedro vaciló durante un rato. Se quedó sentado en la silla mirando fijamente la puerta.
- Yo...
- Vamos.
Se puso en pie con desgana y caminó lentamente hacia la salida. Giró el pomo y abrió la puerta.
- Vale hasta aquí llego.
- Por favor, da un paso. Solo uno.
- Ni hablar.
- Vamos...- suplicó el psicólogo.
- ¿Sólo uno?
- Solo uno.
Levantó un pie pero lo dejó suspendido en el aire.
- Un poco más...-susurró su acompañante.
Balanceó el pie y lo apoyó suavemente en el exterior.
- Ya casi...
Se disponía a levantar el otro pie cuando un perro ladró.
- ¡No puedo hacer esto!
Y salió corriendo hacia el salón. El psicólogo dejó caer su cabeza contra el marco de la puerta. Suspiró para tranquilizarse y se dirigió a la posición de Pedro.
- Ya casi lo tenías, Fuentes.
Pedro se desplomó en su sillón y cerró los ojos.
- ¿Es un sillón nuevo?
- Lo compré hace unos meses.
- ¿Fuiste a la tienda?
Fuentes abrió los ojos y giró la cabeza hacia el doctor.
- Internet.
- Me gusta el color.
- Creo que la sesión ha acabado.
- Me temo que sí. Pero antes, quiero ponerle deberes.
- ¿Tengo pinta de estudiante?
- Escúcheme un segundo. Lo que voy a pedirle es sencillo y a la vez complicado. He podido contemplar que usted tiene una silla mecedora en el porche.
- Así es.
- Bien, pues quiero que la use.
- No creo que...
- Para la semana que viene, en nuestra próxima sesión, quiero que me reciba sentado en esa silla.
Pedro abrió los ojos como platos y empezó a reir.
- No es cosa de broma señor Fuentes. Creo que le sentará bien. Hágalo como le parezca mejor, pero el martes que viene le quiero sentado en esa silla. Que tenga un buen día.
Tras irse Pedro se dirigió a la cocina.
- Que tenga un buen día.- digo en todo de burla.
Giró la cabeza hacia la derecha y miró por la ventana.
- Ojalá pudiera hacer lo que me pide, doctor.
- Mejor.
- En nuestro último encuentro no tuvimos tiempo de hablar sobre su trabajo.
- ¿Qué trabajo? Estoy jubilado.
- Exactamente. ¿Y cómo se siente al respecto?
- ¿Que cómo me siento? Perfectamente; mi mujer me dejó, me he jubilado, no soy capaz de salir de casa, tengo depresión y cada día hago un tipo de té diferente. Estoy perfectamente.
- Hablemos de lo de no ser capaz de salir de casa.
- Me diagnosticaron agorafobia hace un año.
- ¿Y cómo te sientes al respecto?
Pedro arqueó una ceja.
- Mal.
- Entiendo. Intentaremos una cosa para solucionar eso: Saldremos al porche.
- ¿Qué? No.
- Solo un pasito. Será como mirar por la ventana pero con aire fresco. Vamos.
Pedro vaciló durante un rato. Se quedó sentado en la silla mirando fijamente la puerta.
- Yo...
- Vamos.
Se puso en pie con desgana y caminó lentamente hacia la salida. Giró el pomo y abrió la puerta.
- Vale hasta aquí llego.
- Por favor, da un paso. Solo uno.
- Ni hablar.
- Vamos...- suplicó el psicólogo.
- ¿Sólo uno?
- Solo uno.
Levantó un pie pero lo dejó suspendido en el aire.
- Un poco más...-susurró su acompañante.
Balanceó el pie y lo apoyó suavemente en el exterior.
- Ya casi...
Se disponía a levantar el otro pie cuando un perro ladró.
- ¡No puedo hacer esto!
Y salió corriendo hacia el salón. El psicólogo dejó caer su cabeza contra el marco de la puerta. Suspiró para tranquilizarse y se dirigió a la posición de Pedro.
- Ya casi lo tenías, Fuentes.
Pedro se desplomó en su sillón y cerró los ojos.
- ¿Es un sillón nuevo?
- Lo compré hace unos meses.
- ¿Fuiste a la tienda?
Fuentes abrió los ojos y giró la cabeza hacia el doctor.
- Internet.
- Me gusta el color.
- Creo que la sesión ha acabado.
- Me temo que sí. Pero antes, quiero ponerle deberes.
- ¿Tengo pinta de estudiante?
- Escúcheme un segundo. Lo que voy a pedirle es sencillo y a la vez complicado. He podido contemplar que usted tiene una silla mecedora en el porche.
- Así es.
- Bien, pues quiero que la use.
- No creo que...
- Para la semana que viene, en nuestra próxima sesión, quiero que me reciba sentado en esa silla.
Pedro abrió los ojos como platos y empezó a reir.
- No es cosa de broma señor Fuentes. Creo que le sentará bien. Hágalo como le parezca mejor, pero el martes que viene le quiero sentado en esa silla. Que tenga un buen día.
Tras irse Pedro se dirigió a la cocina.
- Que tenga un buen día.- digo en todo de burla.
Giró la cabeza hacia la derecha y miró por la ventana.
- Ojalá pudiera hacer lo que me pide, doctor.
~ Continuará...
martes, 26 de agosto de 2014
Capítulo 5: Clara Muñoz
Lara se puso el despertador a las seis y media, como le había indicado su madre el día anterior. A pesar de estar en contra de madrugar, decidió hacerle un favor a su madre para no darle más preocupaciones de las que ya tenia. Se vistió deprisa, se hizo una coleta despeinada y se puso sus viejas "converse" viejas y rotas que hacían juego con su mochila "converse" también vieja y también rota. No era lo más elegante para asistir a un debate, pero era lo que tenía.
- ¡Lara, a desayunar!
La voz de su madre retumbó por todo el apartamento.
- ¡Ya voy!
Caminaba despacio, arrastrando los pies.
- ...pero si tenemos en cuenta que la modificación genética es...
- ¡Lara!
- ¡Que ya voy!
Arrugó las hojas, aceleró el paso, y cuando llegó a la cocina cogió dos tostadas y bebió un sorbo de chocolate caliente. Acto seguido, ya se estaba despidiendo de su madre para salir por la puerta.
-¡Adiós, mamá! ¡Adiós, enano!
Lara tenía un plan. No volvería a llegar tarde nunca más. A pesar de que le molestara, fue al guardamuebles de su padre y cogió su vieja bicicleta.
- Así, iré mucho más rápido.- Y salió a toda prisa calle abajo.
Al llegar, dejó atada la bicicleta y revisó su reloj.
- ¡Já! Tres minutos antes.
Pero al entrar a clase, todo el mundo estaba sentado en su respectivo pupitre.
- Llega usted tarde, señorita.
- P...pero...
- Siéntese, señorita Garcés.
Y con todo el sudor que pudo acumular, Lara se sentó despacio, rezando para que no le tocara debatir.
- De acuerdo. Chicos, como ya sabéis, el tema de hoy es "La modificación genética". En la clase anterior, formamos dos grupos: a favor y en contra. Y como hoy me he levantado de buen humor, dejaré que vosotros elijais vuestro representante.
Y una mano se alzó apresuradamente.
- ¡Yo, señor! Grupo a favor.
- Bien hecho, señorita Muñoz. Ahora necesitamos a alguien del grupo en contra. ¿Alguien se atreve? ¿No? Vaya, que decepción. De acuerdo. Vamos a ver...- se colocó sus gafas de leer sobre la nariz.- Garcés, Lara. ¿Podrías acercarte y deleitarnos con tu melodiosa voz?
- Emm...
- ¿Ha realizado el ejercicio?
- Sí, por supuerto, pero...
- Entonces explícanos.
Lara vaciló un instante.
- Vamos, hija, que se hace de noche. Empieza el grupo a favor.
Clara Muñoz se aclaró la garganta y comenzó.
- La modificación genética, también conocida como manipulación genética, supone una gran ventaja para los seres vivos. Si ponemos el ejemplo de los humanos, desde el proyecto "Genoma Humano" ( en el cual se pudo descubrir todos los secretos de la información genética de las personas) la manipulación genética ha avanzado hasta tal punto de combatir enfermedades, incluyendo a los no-natos, que es lo que llamamos "Manipulación genética prenatal".
- Vas muy bien, Muñoz, continúa. Pero resúmelo un poco.
- Pues bien, respecto a los vegetales, encontramos que ha habido notables progresos en referencia a la eliminación de insectos y/o plagas en los cultivos. En el resto de animales ocurre que se busca el máximo beneficio para el ser humano. Crear especies más unificadas y más eficaces para el hombre. Gracias.
- Eso ha estado pero que muy bien, Muñoz.
La euforia forzada comenzó tras estas últimas palabras. Dos chicos se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar.
- ¡Suficiente, animalitos de Dios! Podéis sentaros. Aquí o en el pasillo. Lo dejo a vuestra elección. Lara Garcés. Te toca. Grupo en contra. A ver que tienes preparado.
- Pues, veréis...- miró su papel con nerviosismo. Su mano izquierda comenzaba a temblar.
- Garcés, olvídese del papel y exponga su opinion de una buena vez.
Lara estaba apunto de explotar. Ya había sentido este tipo de presión antes, pero no tan intensamente.
Uno de los chicos que se había levantado anteriormente hizo un sonido imitando al de la gallina. Y Lara explotó.
- Primero de todo quería decir que modificar genéticamente a un animal es verdaderamente inútil. ¿Eficaz para el hombre? Por favor, un pato es un pato. Y el huevo del pato es un huevo de pato. Es evidente que si lo modificas saldrá diferente. ¿Pero qué es lo que queremos? ¿Acaso deseáis tener patos bionicos rondando por las calles o algo similar?
- Nunca he hablado de patos.- interrumpió Clara.
-¡No he acabado!- dijo agresivamente.- Vegetales. ¡Vegetales! Sí, admito que puede hacer que los insectos desaparezcan pero baja muchísimo la calidad de los productos. ¿Alguien recuerda de verdad a qué sabe un tomate? Probablemente nuestros abuelos, sí. Además de que afecta a nuestra salud a largo plazo. Que también se aplica a modificar humanos. ¿Qué estamos haciendo? La naturaleza es sabia. E hizo las cosas de una cierta manera. Nadie nos dio el permiso para desordenar todo lo que se ha creado en este mundo. ¿Que qué es la modificación genética? Científicos jugando a ser Dios. Gracias.
El único que aplaudia era el profesor.
-Y por cierto, - empezó mirando al chico de la segunda fila.- si vas a imitar a una gallina, tendrás que practicar un poco más.
- No ha estado nada mal, Garcés, nada mal. Te felicito.
Lara se sonrojó y respiró aliviada.
- Y por último, chicos, quiero recordaros, como buen tutor vuestro que soy, que la semana que viene tenéis una excursión al museo "Frederic Marès"...
- ¿Ese medieval?- perguntó un alumno.
- Ese medieval. Así que, por favor, todo el mundo el martes a las ocho en punto en el patio del recreo para hacer recuento. Sed buenos y no os metáis en líos.
Sonó la campana para el cambió de clase y segundos más tarde Clara se acercó a Lara.
- Ha estado bien el debate ¿no crees?
- Sí... ha sido... intenso.
- Ya lo creo. Un consejo; en tu próximo debate no te pongas a gritar como una neurótica ¿vale?
Y se alejó riendose a más no poder.
- ¡Lara, a desayunar!
La voz de su madre retumbó por todo el apartamento.
- ¡Ya voy!
Caminaba despacio, arrastrando los pies.
- ...pero si tenemos en cuenta que la modificación genética es...
- ¡Lara!
- ¡Que ya voy!
Arrugó las hojas, aceleró el paso, y cuando llegó a la cocina cogió dos tostadas y bebió un sorbo de chocolate caliente. Acto seguido, ya se estaba despidiendo de su madre para salir por la puerta.
-¡Adiós, mamá! ¡Adiós, enano!
Lara tenía un plan. No volvería a llegar tarde nunca más. A pesar de que le molestara, fue al guardamuebles de su padre y cogió su vieja bicicleta.
- Así, iré mucho más rápido.- Y salió a toda prisa calle abajo.
Al llegar, dejó atada la bicicleta y revisó su reloj.
- ¡Já! Tres minutos antes.
Pero al entrar a clase, todo el mundo estaba sentado en su respectivo pupitre.
- Llega usted tarde, señorita.
- P...pero...
- Siéntese, señorita Garcés.
Y con todo el sudor que pudo acumular, Lara se sentó despacio, rezando para que no le tocara debatir.
- De acuerdo. Chicos, como ya sabéis, el tema de hoy es "La modificación genética". En la clase anterior, formamos dos grupos: a favor y en contra. Y como hoy me he levantado de buen humor, dejaré que vosotros elijais vuestro representante.
Y una mano se alzó apresuradamente.
- ¡Yo, señor! Grupo a favor.
- Bien hecho, señorita Muñoz. Ahora necesitamos a alguien del grupo en contra. ¿Alguien se atreve? ¿No? Vaya, que decepción. De acuerdo. Vamos a ver...- se colocó sus gafas de leer sobre la nariz.- Garcés, Lara. ¿Podrías acercarte y deleitarnos con tu melodiosa voz?
- Emm...
- ¿Ha realizado el ejercicio?
- Sí, por supuerto, pero...
- Entonces explícanos.
Lara vaciló un instante.
- Vamos, hija, que se hace de noche. Empieza el grupo a favor.
Clara Muñoz se aclaró la garganta y comenzó.
- La modificación genética, también conocida como manipulación genética, supone una gran ventaja para los seres vivos. Si ponemos el ejemplo de los humanos, desde el proyecto "Genoma Humano" ( en el cual se pudo descubrir todos los secretos de la información genética de las personas) la manipulación genética ha avanzado hasta tal punto de combatir enfermedades, incluyendo a los no-natos, que es lo que llamamos "Manipulación genética prenatal".
- Vas muy bien, Muñoz, continúa. Pero resúmelo un poco.
- Pues bien, respecto a los vegetales, encontramos que ha habido notables progresos en referencia a la eliminación de insectos y/o plagas en los cultivos. En el resto de animales ocurre que se busca el máximo beneficio para el ser humano. Crear especies más unificadas y más eficaces para el hombre. Gracias.
- Eso ha estado pero que muy bien, Muñoz.
La euforia forzada comenzó tras estas últimas palabras. Dos chicos se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar.
- ¡Suficiente, animalitos de Dios! Podéis sentaros. Aquí o en el pasillo. Lo dejo a vuestra elección. Lara Garcés. Te toca. Grupo en contra. A ver que tienes preparado.
- Pues, veréis...- miró su papel con nerviosismo. Su mano izquierda comenzaba a temblar.
- Garcés, olvídese del papel y exponga su opinion de una buena vez.
Lara estaba apunto de explotar. Ya había sentido este tipo de presión antes, pero no tan intensamente.
Uno de los chicos que se había levantado anteriormente hizo un sonido imitando al de la gallina. Y Lara explotó.
- Primero de todo quería decir que modificar genéticamente a un animal es verdaderamente inútil. ¿Eficaz para el hombre? Por favor, un pato es un pato. Y el huevo del pato es un huevo de pato. Es evidente que si lo modificas saldrá diferente. ¿Pero qué es lo que queremos? ¿Acaso deseáis tener patos bionicos rondando por las calles o algo similar?
- Nunca he hablado de patos.- interrumpió Clara.
-¡No he acabado!- dijo agresivamente.- Vegetales. ¡Vegetales! Sí, admito que puede hacer que los insectos desaparezcan pero baja muchísimo la calidad de los productos. ¿Alguien recuerda de verdad a qué sabe un tomate? Probablemente nuestros abuelos, sí. Además de que afecta a nuestra salud a largo plazo. Que también se aplica a modificar humanos. ¿Qué estamos haciendo? La naturaleza es sabia. E hizo las cosas de una cierta manera. Nadie nos dio el permiso para desordenar todo lo que se ha creado en este mundo. ¿Que qué es la modificación genética? Científicos jugando a ser Dios. Gracias.
El único que aplaudia era el profesor.
-Y por cierto, - empezó mirando al chico de la segunda fila.- si vas a imitar a una gallina, tendrás que practicar un poco más.
- No ha estado nada mal, Garcés, nada mal. Te felicito.
Lara se sonrojó y respiró aliviada.
- Y por último, chicos, quiero recordaros, como buen tutor vuestro que soy, que la semana que viene tenéis una excursión al museo "Frederic Marès"...
- ¿Ese medieval?- perguntó un alumno.
- Ese medieval. Así que, por favor, todo el mundo el martes a las ocho en punto en el patio del recreo para hacer recuento. Sed buenos y no os metáis en líos.
Sonó la campana para el cambió de clase y segundos más tarde Clara se acercó a Lara.
- Ha estado bien el debate ¿no crees?
- Sí... ha sido... intenso.
- Ya lo creo. Un consejo; en tu próximo debate no te pongas a gritar como una neurótica ¿vale?
Y se alejó riendose a más no poder.
~ Continuará...
jueves, 14 de agosto de 2014
¿Me han...Nominado?
Hace un momento recibí una notificacion de Dream Catcher que decia que la habían nominado. Pensé que sería bueno hacerlo yo también, ya que empecé el blog a saco sin presentarme ni nada, y pido perdón por ello. :S Quiero darle las gracias a esta gran amiga por hacer esto. Es una gran oportunidad para darme a conocer y la verdad es que no se me había ocurrido la idea de hacer un cuestionario. Al final del post os dejo la URL de Dream Catcher para que le hechéis un ojo, seguro que os gusta! ;) ALLÁ VAMOS!
NORMAS:
NORMAS:
-Agradecer al blog que te nominó y seguirlo.
-Responder sus once preguntas.
-Nominar 11 blogs con menos de 200 seguidores.
-Avisarles.
-Realizar 11 preguntas a los nominados.
Y aquí estan las preguntas y sus respectivas respuestas:
1)¿Qué libro estas leyendo/has leído este verano?
La saga completa de <Los secretos del inmortal Nicolas Flamel> de Michael Scott. Os lo recomiendo, son muy buenos... si os gustan las aventuras, la magia y el misterio.
2)¿Cual es tu prenda de ropa preferida?
Vaqueros, ¡SIEMPRE! Cómodos, prácticos y si se combinan bien pueden ser elegantes. La prenda perfecta.
3)¿Qué idioma te gustaría hablar/ hablas a la perfección?
Sé que es un topicazo pero, quiero hablar inglés igual de bien que el castellano.
4)¿Cuales son tus tres películas favoritas?
Uff, esta es una pregunta difícil y la verdad es que me ha costado responderla. Pero diré que: "Mamma Mía", "Al encuentro de Mr. Banks", y cualquiera de Aghata Christie. (sé que son libros, pero no he tenido oportunidad de leerlos)
5)¿A que te gustaría dedicarte?
¡Genética! Ciencia. Química. Me gustan las cosas que hacen "chup, chup" ^^
6)¿Qué colonia usas?
"Cheek to Cheek", aunque no suelo ponerme colonia :S
7)¿ A dónde te gustaría viajar?
Irlanda es mi objetivo más próximo. Me encanta. Me enamoré de Irlanda hace unos años y desde entonces no me la saco de la cabeza.
8)¿Cuál es tu hobbie?
Bueno, pues, toco el violín y canto en un coro.
9)¿Cuál es tu sabor de helado preferido?
Esta es realmente la pregunta más complicada. ¡Me gustan todos los helados! Pero como estoy obligada a elegir digo que el de "Pitufo" XD
10)¿Qué es lo mejor de ser blogger?
Opino que lo mejor es que puedes ser como realmente eres, puedes escribir lo que opinas y lo que te gusta, porque siempre habrá alguien que sea parecido a ti y que comparta tus ideas y eso es realmente satisfactorio.
11) ¿Qué es para ti lo mejor del verano?
El hecho de no hacer nada. jajaja. Relajarse. Tener tiemppo para hacer lo que te gusta sin preocuparte por las obligaciones diarias.
Y bueno, hasta aquí llego con mis respuestas. Estas son mis preguntas:
1. ¿Cuál es tu color favorito?
2. ¿Tienes alguna muletilla? (Si es así, ¿cuál es?)
3. ¿Qué palabra te describe mejor?
4. ¿Cuál es tu día favorito de la semana?
5. ¿Coleccionas algún tipo de objeto?
6. ¿Eres de los que sale de fiesta siempre, o prefieres quedarte en casita?
7. ¿Eres supersticioso/a?
8. ¿Qué es lo que más te hace feliz?
9. ¿Te has roto algún hueso?
10. ¿Cuál fue tu juguete favorito de la infancia?
11. ¿Cuál es tu estilo de música? (si no tienes uno definido, puedes decir todos los que te gustes, si te apetece...)
Y bueno no sé a quién nominar porque, realmente no conozco a nadie
BLOG DE DREAM CATCHER: http://dreamcatcher44.blogspot.com.es/
martes, 12 de agosto de 2014
Capítulo 4: Sonríe y asiente.
Ana estaba detrás de la barra limpiando la encimera mientras su compañera, Carolina, atendía a la mesa seis.
Todos los días, a la misma hora, la misma pareja de abogados, se sentaba en la misma mesa, para tomar el mismo café y dejar la misma propina. Si alguien estaba sentado en esa mesa al momento de su llegada, la mujer inmediatamente conseguía hacerle trasladar hacia otro lugar.
Carolina suspiró, rezó para sus adentros y preguntó:
- ¿Qué desean?
- Voy a obviar la respuesta.- respondió el hombre.
- ¿Dos cafés?
- Y rapidito.
Ella se dio la vuelta y repetia: "Sonríe y asiente, sonríe y asiente."
- ¿Otra vez esos estirados, eh?- le preguntó Ana.
- Voy a obviar la respuesta.
Las dos se rieron a lo bajini.
En ese preciso instante entró una mujer. Era alta, esbelta, misteriosa. A Ana le cambió el rostró bruscamente.
- La madre que la...
- ¡Ana!
- ¡Lo siento! Pero es que está aquí la de los servicios sociales.- añadió en susurros.- ¿Puedes encargarte de los "Miranda"?
- Vale, pero algún día me explicarás por qué los llamas "los Miranda".
- Simplemente porque a parte de ser unos estirados, son bastante fisgones.
- Ah, porque Miranda viene de mirar.
Ana aplaudió sarcásticamente y fue directa a hablar con la señora.
- Ana, tenemos que hablar.
"Sonríe y asiente, sonríe y asiente."
- La policía ha inspeccionado el coche de tus padres y...
- ¿Saben quien causó el accidente?
- No. No es eso. Encontraron una llave con tu nombre en la chaqueta de tu padre.
- Una llave. ¿Una llave? ¿Para qué quiero yo una llave?
- No lo sé. Te la he traído para que lo averigües. Toma.
Ana cogió la bolsita de plástico que contenía dicho objeto y arqueó las cejas.
- No tengo ni la más remota idea de lo que es esto.
- En todo caso, quédatela. Algo tiene que significar.
- Está bien. Bueno, tengo trabajo.
Su casa estaba solo a la vuelta de la esquina, así que se dirigió hacia la puerta y se dispuso a a salir.
Al llegar al piso, vio que su tía no estaba. Era evidente que su prima tampoco. Aprovecho, la situación y se puso a buscar cualquier cosa que hiciera referencia a la llave. Un armario, quizás. Un cajón, una puerta, una caja, algo.
Nada. No encontró absolutamente nada. Todo en aquella casa estaba abierto y no tenía secretos.
Dejó la llave bajo su almohada y corrió edificio abajo para que no notaran su ausencia en la cafetería.
Al atravesar el umbral de la puerta obsevó como Carolina ya se estaba poniendo morada de la rabia.
- A ver, señora. Su marido me dijo que le trajera lo de siempre. Y como lo de siempre son dos cafés, pues he traído dos cafés.
- Sí, pero este café no nos gusta.
Ana fue a su rescate, cogió las tazas, aún llenas de café, y dijo entre dientes:
-Sonríe y asiente, sonríe y asiente.
Todos los días, a la misma hora, la misma pareja de abogados, se sentaba en la misma mesa, para tomar el mismo café y dejar la misma propina. Si alguien estaba sentado en esa mesa al momento de su llegada, la mujer inmediatamente conseguía hacerle trasladar hacia otro lugar.
Carolina suspiró, rezó para sus adentros y preguntó:
- ¿Qué desean?
- Voy a obviar la respuesta.- respondió el hombre.
- ¿Dos cafés?
- Y rapidito.
Ella se dio la vuelta y repetia: "Sonríe y asiente, sonríe y asiente."
- ¿Otra vez esos estirados, eh?- le preguntó Ana.
- Voy a obviar la respuesta.
Las dos se rieron a lo bajini.
En ese preciso instante entró una mujer. Era alta, esbelta, misteriosa. A Ana le cambió el rostró bruscamente.
- La madre que la...
- ¡Ana!
- ¡Lo siento! Pero es que está aquí la de los servicios sociales.- añadió en susurros.- ¿Puedes encargarte de los "Miranda"?
- Vale, pero algún día me explicarás por qué los llamas "los Miranda".
- Simplemente porque a parte de ser unos estirados, son bastante fisgones.
- Ah, porque Miranda viene de mirar.
Ana aplaudió sarcásticamente y fue directa a hablar con la señora.
- Ana, tenemos que hablar.
"Sonríe y asiente, sonríe y asiente."
- La policía ha inspeccionado el coche de tus padres y...
- ¿Saben quien causó el accidente?
- No. No es eso. Encontraron una llave con tu nombre en la chaqueta de tu padre.
- Una llave. ¿Una llave? ¿Para qué quiero yo una llave?
- No lo sé. Te la he traído para que lo averigües. Toma.
Ana cogió la bolsita de plástico que contenía dicho objeto y arqueó las cejas.
- No tengo ni la más remota idea de lo que es esto.
- En todo caso, quédatela. Algo tiene que significar.
- Está bien. Bueno, tengo trabajo.
Su casa estaba solo a la vuelta de la esquina, así que se dirigió hacia la puerta y se dispuso a a salir.
Al llegar al piso, vio que su tía no estaba. Era evidente que su prima tampoco. Aprovecho, la situación y se puso a buscar cualquier cosa que hiciera referencia a la llave. Un armario, quizás. Un cajón, una puerta, una caja, algo.
Nada. No encontró absolutamente nada. Todo en aquella casa estaba abierto y no tenía secretos.
Dejó la llave bajo su almohada y corrió edificio abajo para que no notaran su ausencia en la cafetería.
Al atravesar el umbral de la puerta obsevó como Carolina ya se estaba poniendo morada de la rabia.
- A ver, señora. Su marido me dijo que le trajera lo de siempre. Y como lo de siempre son dos cafés, pues he traído dos cafés.
- Sí, pero este café no nos gusta.
Ana fue a su rescate, cogió las tazas, aún llenas de café, y dijo entre dientes:
-Sonríe y asiente, sonríe y asiente.
viernes, 1 de agosto de 2014
Capítulo 3: Acariciando el suelo
-¡Vamos, vamos, vamos!- gritaba el entrenador.- ¡No puedo creer que seais tan lentos!
Dani siempre había querido decirle unas cuantas cosas a su entrenador, pero su madre ya le había advertido de que debería controlarse. Decidió callar y seguir patinando. "¿Por qué los patines tendran cuatro ruedas? La forma del palo es rara... Ni siquiera sé donde está el disco..."
Y en ese instante en el que Dani divagaba se sintió un golpe que resonó por todo el pavellón. Dani se chocó contra una de las paredes.
- ¡Por favor, Hernández! ¡No es momento para besar el muro! ¡Ya tendrás tiempo más tarde!
Dani se sacudió el polvo de la pared de yeso y siguió dando vueltas en círculos. A la vuelta treinta mas o menos, uno de sus compañeros, Carlos Rai, decidió que sería una buena idea gastar una broma. Así que se preparó, cogió velocidad y salió disparado hacia Dani. El corpulento cuerpo de Carlos embistió contra Daniel, que cayó al suelo a unos metros y siguió viaje acariciando el suelo. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba en medio de la pista. Un concurso de risotadas empezó por toda la pista. Hasta el entrenador empezó a reirse. Un compañero dijo:
- Ei, enclenque, ¿Cómo te va?
Y otro contestó:
- ¡Es ENCLENQUERNANDEZ!
Y las risas aumentaron.
Dani se levantó y patinó como pudo hasta la salida de la pista. Tiró el "stick" hacia un lado y entró en los vestuarios. El entrenador entró segundos más tarde.
- ¿Estás bien, muchacho?
- Sí.
- No te desanimes, Hernandez.
- El "hockey" no es para mi.
- Ya encontrarás algo que sea para ti.
- ¿Puedo desapuntarme?
- Por supuesto. Ve, cámbiate y ven al despacho.
Una vez en el despacho rellenaron todos los papeles correspondientes para que Dani fuese libre y seguidamente llamó a su hermana.
Ésta vino a recogerlo en coche.
- ¿Lo has dejado?- preguntó su hermana.
- Claudia, ¿como sabes que lo he dejado?
- Ah, no lo sabía. Ahora lo sé. ¿Qué es lo que pasa, Dani? Ya has dejado varios deportes en estas dos semanas. ¿No quieres probar con algo que no tenga que ver con jugar? Podrías probar el arte, la música, la pintura... Podría venirte bien.
- Vamos a casa.- esa fue su única respuesta.
Al llegar a su casa, corrió hacia la habitación y se cerró con llave.
- Ha tenido un día duro.- le dijo Claudia a su madre.
- ¿Lo ha dejado?
- Me temo que si.
Daniel se sentó en su cama, puso la música a todo volumen y se dedicó a mirar el techo. "Odio el hockey. Y el fútbol. Y el balonmano. Y también el tenis."
- Nunca encontraré algo que me guste de verdad.- dijo en voz alta.
~Continuará...
Dani siempre había querido decirle unas cuantas cosas a su entrenador, pero su madre ya le había advertido de que debería controlarse. Decidió callar y seguir patinando. "¿Por qué los patines tendran cuatro ruedas? La forma del palo es rara... Ni siquiera sé donde está el disco..."
Y en ese instante en el que Dani divagaba se sintió un golpe que resonó por todo el pavellón. Dani se chocó contra una de las paredes.
- ¡Por favor, Hernández! ¡No es momento para besar el muro! ¡Ya tendrás tiempo más tarde!
Dani se sacudió el polvo de la pared de yeso y siguió dando vueltas en círculos. A la vuelta treinta mas o menos, uno de sus compañeros, Carlos Rai, decidió que sería una buena idea gastar una broma. Así que se preparó, cogió velocidad y salió disparado hacia Dani. El corpulento cuerpo de Carlos embistió contra Daniel, que cayó al suelo a unos metros y siguió viaje acariciando el suelo. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba en medio de la pista. Un concurso de risotadas empezó por toda la pista. Hasta el entrenador empezó a reirse. Un compañero dijo:
- Ei, enclenque, ¿Cómo te va?
Y otro contestó:
- ¡Es ENCLENQUERNANDEZ!
Y las risas aumentaron.
Dani se levantó y patinó como pudo hasta la salida de la pista. Tiró el "stick" hacia un lado y entró en los vestuarios. El entrenador entró segundos más tarde.
- ¿Estás bien, muchacho?
- Sí.
- No te desanimes, Hernandez.
- El "hockey" no es para mi.
- Ya encontrarás algo que sea para ti.
- ¿Puedo desapuntarme?
- Por supuesto. Ve, cámbiate y ven al despacho.
Una vez en el despacho rellenaron todos los papeles correspondientes para que Dani fuese libre y seguidamente llamó a su hermana.
Ésta vino a recogerlo en coche.
- ¿Lo has dejado?- preguntó su hermana.
- Claudia, ¿como sabes que lo he dejado?
- Ah, no lo sabía. Ahora lo sé. ¿Qué es lo que pasa, Dani? Ya has dejado varios deportes en estas dos semanas. ¿No quieres probar con algo que no tenga que ver con jugar? Podrías probar el arte, la música, la pintura... Podría venirte bien.
- Vamos a casa.- esa fue su única respuesta.
Al llegar a su casa, corrió hacia la habitación y se cerró con llave.
- Ha tenido un día duro.- le dijo Claudia a su madre.
- ¿Lo ha dejado?
- Me temo que si.
Daniel se sentó en su cama, puso la música a todo volumen y se dedicó a mirar el techo. "Odio el hockey. Y el fútbol. Y el balonmano. Y también el tenis."
- Nunca encontraré algo que me guste de verdad.- dijo en voz alta.
~Continuará...
jueves, 31 de julio de 2014
Capítulo 2: Compuestos químicos
Era un día caluroso en el sur de Alicante, la noche anterior había llovido y el ambiente estaba pegajoso. Pedro se sentó en su silla favorita y comenzó a escribir en su libreta:
-Paso 1: Reunir todos los compuestos químicos. Paso 2: Hervir agua. Paso 3: Comprar tazas. Paso 4: Arreglar la...
En ese instante sonó el timbre de la puerta. Pedro se levantó con desgana y subió la escalera que le llevó al piso principal. El timbre sonó de nuevo.
-Paso 1: Reunir todos los compuestos químicos. Paso 2: Hervir agua. Paso 3: Comprar tazas. Paso 4: Arreglar la...
En ese instante sonó el timbre de la puerta. Pedro se levantó con desgana y subió la escalera que le llevó al piso principal. El timbre sonó de nuevo.
-Ya voy.
Y otra vez.
-¡Que ya voy!
Corrió hacia la puerta y apretó el botón del interfono.
-¿Qué demonios desea, buen hombre?
El joven al otro lado de la puerta tembló, se aclaró la garganta y timidamente respondió:
-Sr. Fuentes, traigo su paquete.
-No me interesa, gracias.
-Pero, señor, usted me envió a recogerlo. Aquí pone que proviene de china. ¡Y está a su nombre!
-Hoy en día todo proviene de china, muchacho.
-Pero señor, yo no quiero hacerme cargo de esto... huele raro.
A Pedro Fuentes se le iluminó la cara. Abrió la puerta precipitadamente, le arrebató el paquete de las manos y le lanzó un billete. Admirando la caja, le cerró la puerta en las narices al pobre recadero.
Bajó corriendo hasta el sótano y anotó:
-Compuestos químicos: hecho.
Con la caja y la libreta entre las manos, subió de nuevo y atravesó el salón hasta llegar a la cocina. Empezó a sacar recipientes de toda clase de los armarios hasta dar con una olla. Le agregó agua y la puso en la vitrocerámica. Seguidamente esquivó todo el desastre que había causado y se sentó en una de las sillas de madera del salón.
-Hervir agua: hecho.
Sonó el timbre otra vez. Pedro fue a abrir la puerta emocionado de pies a cabeza. Con una sonrisa de oreja a oreja, giró el pomo. Y al abrirla, esa sonrisa se desvaneció como quien sopla un diente de león.
-Ah, eres tú.
-Me encantan tus calurosas bienvenidas.
-¿Qué haces aquí?
-Han vuelto a dejar tu correo en mi buzón.
Y la sonrisa salió a la luz de nuevo al leer el cartel "FRÁGIL".
-Gracias, ya puedes irte.
-Yo también me alegro de verte, Pedro.
Tratar con su mujer siempre había sido tarea para expertos, pero desde que se divorciaron se había vuelto más insoportable aún.
-Comprar tazas: hecho.
La jubilación es algo que muchas personas desean, pero para Fuentes era la perdición. Añoraba su trabajo; estar en su laboratorio, trabajar con microscopios, hacer mezclas...
Preparar té chino fue lo más parecido a la química que Pedro pudo encontrar.
Mientras desenvolvía ambos paquetes se dio cuenta de algo crucial para la elaboración de té:
-¡Maldición, me he olvidado de encender el fuego!
~Continuará...
Capítulo 1: Silbando bajo
Eran las tres y media de la tarde, había sonado la campana, todos se habían ido a sus casas, el conserje había cerrado las puertas y apagado las luces. Excepto las del aula de castigo.
Era la cuarta vez que Lara llegaba tarde esta semana. Y su castigo era permanecer encerrada allí, un total de cuatro horas repartidas en dos días. "Tampoco es un delito tan grave". Pensó ella.
Lara se acababa de mudar a las afueras de la ciudad y eso le complicaba el hecho de llegar a clase a la hora correcta. Existían otros institutos más cerca de su casa, pero todos eran privados y sus padres no se lo podían permitir.
Miraba el reloj, impaciente, mientras tamborileaba un lápiz mordisqueado contra la mesa.
-Ya te puedes ir.- dijo una voz que apareció de la nada. Lara se giró tan rápido que casi se cae de la silla.
-¿Enserio?- preguntó con un brillo en los ojos.
-Sí. Ha venido tu madre a recogerte.
El brillo se desvaneció por completo. La expresión de la cara se volvió tétrica. Ahora tendría que aguantar a su madre todo el camino de vuelta a casa, escuchando el sermón de las responsabilidades por enésima vez. La idea del castigo había cambiado.
Salió tímidamente del aula, atravesó el pasillo lo más lento que pudo y abrió la puerta de salida. ¿O no? Más bien se dio de bruces contra ella.
-¿Pero qué...?
Tiraba, tiraba y tiraba. Nada. No se movió ni una lámina de madera.
-Jovencita, la puerta está cerrada.-exclamó el conserje.
-Sí, me he dado cuenta.
El conserje sacó de su bolsillo izquierdo un aro metálico que contenía todas y cada una de las llaves del edificio, seleccionó la adecuada y abrió la puerta resoplando. Lara salió disparada hacia el exterior.
-¡De nada!- gritó el hombre. Pero Lara ya se había marchado corriendo. Ahora venía la parte en la cual Lara se metía en medio de la batalla armada con un osito de peluche.
-¡Lara castigada, Lara castigada, Lara castigada!- gritaba Oliver, su hermano pequeño.
-¡Mamá! ¿Por qué te has traído al mocoso?
Su madre no respondió. Se limitó a arrancar el coche.
Fue un trayecto largo y silencioso. Muy silencioso. Hasta Oliver había dejado de burlarse de Lara.
-¿No vas a decirme nada?-preguntó Lara algo confusa.
-¿Para qué quieres que te diga algo, si te va a dar igual?
-¿No estás enfadada?
-No.
Lara abrió los ojos como platos. No podía creer lo que estaba oyendo.
-Estoy disgustada.
Y el mundo volvió a la normalidad.
-Sé que es duro para ti que nos hayamos mudado otra vez, y que tu instituto esté tan lejos, pero deberías empezar a ser más responsable, Lara. ¡Con el hecho de que te levantes media hora antes es suficiente! Pero tu misma, Lara. ¿Querias que te tratara como una adulta? Pues lo haré. Por cierto, te dejaré por esta zona. Quiero que vayas al supermercado y me compres unas cuantas cosas.
-Pero...
La mirada fulminante de su madre cortó la protesta. Lara extendió la mano y su madre le entregó unos cuantos billetes y la lista de la compra.
-Tendrás que volver caminando.
Y mientras se alejaba, su hermano pegó la cara contra el cristal y le hizo una mueca burlona.
Una hora más tarde, Lara salió del supermercado cargada con bolsas y se percató de que chispeaba.
"Por favor que no llueva, por favor que no llueva".Y salió despacio silbando bajo mirando el suelo que se humedecía cada vez más y más.
~Continuará...
Era la cuarta vez que Lara llegaba tarde esta semana. Y su castigo era permanecer encerrada allí, un total de cuatro horas repartidas en dos días. "Tampoco es un delito tan grave". Pensó ella.
Lara se acababa de mudar a las afueras de la ciudad y eso le complicaba el hecho de llegar a clase a la hora correcta. Existían otros institutos más cerca de su casa, pero todos eran privados y sus padres no se lo podían permitir.
Miraba el reloj, impaciente, mientras tamborileaba un lápiz mordisqueado contra la mesa.
-Ya te puedes ir.- dijo una voz que apareció de la nada. Lara se giró tan rápido que casi se cae de la silla.
-¿Enserio?- preguntó con un brillo en los ojos.
-Sí. Ha venido tu madre a recogerte.
El brillo se desvaneció por completo. La expresión de la cara se volvió tétrica. Ahora tendría que aguantar a su madre todo el camino de vuelta a casa, escuchando el sermón de las responsabilidades por enésima vez. La idea del castigo había cambiado.
Salió tímidamente del aula, atravesó el pasillo lo más lento que pudo y abrió la puerta de salida. ¿O no? Más bien se dio de bruces contra ella.
-¿Pero qué...?
Tiraba, tiraba y tiraba. Nada. No se movió ni una lámina de madera.
-Jovencita, la puerta está cerrada.-exclamó el conserje.
-Sí, me he dado cuenta.
El conserje sacó de su bolsillo izquierdo un aro metálico que contenía todas y cada una de las llaves del edificio, seleccionó la adecuada y abrió la puerta resoplando. Lara salió disparada hacia el exterior.
-¡De nada!- gritó el hombre. Pero Lara ya se había marchado corriendo. Ahora venía la parte en la cual Lara se metía en medio de la batalla armada con un osito de peluche.
-¡Lara castigada, Lara castigada, Lara castigada!- gritaba Oliver, su hermano pequeño.
-¡Mamá! ¿Por qué te has traído al mocoso?
Su madre no respondió. Se limitó a arrancar el coche.
Fue un trayecto largo y silencioso. Muy silencioso. Hasta Oliver había dejado de burlarse de Lara.
-¿No vas a decirme nada?-preguntó Lara algo confusa.
-¿Para qué quieres que te diga algo, si te va a dar igual?
-¿No estás enfadada?
-No.
Lara abrió los ojos como platos. No podía creer lo que estaba oyendo.
-Estoy disgustada.
Y el mundo volvió a la normalidad.
-Sé que es duro para ti que nos hayamos mudado otra vez, y que tu instituto esté tan lejos, pero deberías empezar a ser más responsable, Lara. ¡Con el hecho de que te levantes media hora antes es suficiente! Pero tu misma, Lara. ¿Querias que te tratara como una adulta? Pues lo haré. Por cierto, te dejaré por esta zona. Quiero que vayas al supermercado y me compres unas cuantas cosas.
-Pero...
La mirada fulminante de su madre cortó la protesta. Lara extendió la mano y su madre le entregó unos cuantos billetes y la lista de la compra.
-Tendrás que volver caminando.
Y mientras se alejaba, su hermano pegó la cara contra el cristal y le hizo una mueca burlona.
Una hora más tarde, Lara salió del supermercado cargada con bolsas y se percató de que chispeaba.
"Por favor que no llueva, por favor que no llueva".Y salió despacio silbando bajo mirando el suelo que se humedecía cada vez más y más.
~Continuará...
miércoles, 30 de julio de 2014
Peverell y Payton Shepard
Dos mellizos que gobiernan en el poblado contiguo a Hurbleetch; Mollyngay. Este poblado ha intentado hacerse con todos los territorios posibles de la zona. Ha conseguido exterminar a casi todas las pequeñas civilizaciones de los alrededores. Exepto a una: Hurbleetch. Hermano y hermana buscan al hombre que asesinó a su padre y así ellos vengar su muerte.
Annelize Lowell
Conocida bajo el nombre de Ana López, emigró de Sudáfrica para convertirse en vasca. Al poco tiempo de trasladarse sus padres murieron en un accidente automovilístico. Ana es una preciosa joven negra de ojos avellana y de cabellos rojo oscuro. Trabaja en un restaurante como camarera y vive con su tía y su prima. En el poblado de Hurbleetch es la dama de compañía de la princesa Azalea.
Rey Claudio Berrycloth
Gobierna en el poblado de Hurbleetch con sus dos hijos. Azalea y Angus Berrycloth (heredero al trono). Quedó viudo hace diez años y se prepara para legar su poder a su primogénito Angus. Tiene enl pelo blanco como la nieve y siempre adornado con su corona dorada. Viste con un traje marrón que le resalta las costillas, ya que al vivir sentado en su trono, ha perdido cantidad de masa muscular.
miércoles, 23 de julio de 2014
Azalea Berrycloth
Azalea vive en el pueblo de Hurbleetch con su hermano Angus y su padre, el Rey Claudio Berrycloth. Tiene el pelo rubio platino y largo hasta el suelo. Es habitual que se lo recoja en una media cola y coloque su corona encima. Complementa el peinado con vestidos en tonos rosados, beiges y clancos. Al ser religiosa lleva, en todo momento, una pequeña biblia. Vive a la sombra de su hermano, heredero del trono, por lo que su personalidad es muy reservada.
martes, 22 de julio de 2014
Pierre du Fonteusse
También llamado Pedro Fuentes, es el ''mago'' del poblado. Nacido y criado en Alicante, Pedro fue aprendiendo los misterios de la ciencia hasta convertirse en un experto. Pelo desenfadado y gris, a juego con la barba. Ojos verdes y profundos. Viste con ropa negra y la mayoria de las veces la complementa con una capa roja. Con sus setenta años, aún es entrenador de tiro con arco.
Daniel Henderson
Muchos lo conocen como Dani Hernández de Girona. Con su despeinado pelo castaño miel y sus ojos azules, Dani se prepara para ser caballero. Siempre va con su espada enfundada y media armadura que solamente le cubre el pecho. Es abierto de mente, alegre y un poco alocado, lo que le lleva a tomar decisiones precipitadas.
Lorreine Von Gearde
Su nombre verdadero es Lara Garcés y proviene de una familia que habita en Barcelona, España. Tiene el pelo castaño y despeinado, con una pequeña trenza atada con una cuerda dorada. Tiene los ojos avellana. Suele ir con un collar con una piedra roja. A menudo viste de verde con botas marrones. Siempre lleva consigo un arco y un carcaj. Es valiente, astuta y fuerte no obstante es desconfiada y austadiza.
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